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volverNiños de buen humor: el poder de la risa
Maria Gabriela Herrera Castillo
En los niños(as) las emociones son espontáneas y puras. Por eso no resulta extraño verlos reír a carcajadas ante pequeñas cosas, sin embargo, también es común ver cómo a medida que crecen algunos van perdiendo esta capacidad, y son cada vez menos los momentos en que se muestran alegres.
En esto contribuyen en parte importante los adultos, ya que muchas veces prestan más atención a los niños(as) cuando están tristes, enojados y de mal humor. Así como tomar en cuenta estas emociones es necesario, también lo es reforzar los momentos en que los niños expresan alegría y están de buen humor. Generar espacios de diversión, compartir experiencias placenteras y momentos de diversión con los niños, es otra tarea que los padres deben procurar hacer todos los días.
La risa es un poderoso mecanismo de defensa, una eficaz herramienta para enfrentar los conflictos y superar la adversidad. Cada vez que una persona ríe, se movilizan más de 400 músculos en todo el cuerpo, aumenta la frecuencia cardiaca, se duplica la actividad pulmonar mejorando el sistema de oxigenación, se activa el trabajo metabólico y el organismo libera gran cantidad de adrenalina y endorfinas, hormonas naturales que funcionan como analgésicos y tranquilizantes.
Según los expertos, la risa y el humor aparecen muy temprano en el desarrollo. En los lactantes surge el aprender a sonreír en la medida en que las personas que les rodean les sonríen y se ríen con ellos. En un principio, los bebés lo hacen por imitación y luego aprenden a reír a carcajadas. A medida que crecen, comienzan a encontrar divertidas ciertas cosas, y entonces aplican el conocimiento que tienen de la facultad de reírse y logran hacerlo.
El humor juega un rol fundamental en el desarrollo intelectual. Un niño(a) que aprende a ver lo absurdo de una situación o la forma inesperada en que termina otra, como ocurre en los chistes, está desarrollando su inteligencia abstracta y emocional.
Es por eso que los especialistas recomiendan desarrollar el humor en cada una de las etapas de los niños(as), para asegurar de cierta manera que cuando grandes sigan haciéndolo. Así también, estarán desarrollando en los hijos(as) la capacidad de disfrutar de los pequeños detalles.
Los niños aprenden a través del ejemplo, por lo tanto, es la familia y los adultos significativos que los rodean quienes les entregan las primeras enseñanzas de vida. Por eso, es importante fortalecer la expresión de la sonrisa como manifestación de optimismo y señal de que se disfrutan los propios logros, y también como una manera de enfrentar con esperanza las derrotas. Para lograr todo eso es fundamental la actitud de la familia.