Niños con déficit atencional

Niños con Déficit Atencional

Paulina Cisternas, Isabel Herrera, Jardín infantil Lord Cochrane.

17/12/2015 13:05

El Déficit Atencional con Hiperactividad (SDA/H), comúnmente conocido como Déficit Atencional, es uno de los trastornos del desarrollo más importantes en los últimos tiempos, el que afecta tanto a la familia, como al sistema educativo y su comunidad.

Estos menores se presentan como niños inquietos, que nunca escuchan, que al parecer siempre están "en la luna" y que tienen una energía interminable! Son estas conductas las que opacan a aquellas positivas, convirtiendo esta situación en una de las grandes dificultades del trastorno para los que rodean a los menores que lo padecen.

Es difícil de diagnosticar SDA/H por la cantidad de síntomas asociados, por la falta de conocimientos de los profesionales que realizan labores educativas con estos niños, y del mal manejo que se da, como por ejemplo al tildarlos como "niños problemas". Sin embargo, se puede deducir que este síndrome se caracteriza por un "patrón persistente de falta de atención y/o hiperactividad o impulsividad, cuya frecuencia y severidad es mayor a la típicamente observada en individuos con un nivel de desarrollo comparable".

Existen 3 tipos de SDA:

  1. Caracterizado por una dificultad en la atención.
  2. Prevalece la impulsividad e hiperactividad.
  3. Combinación de ambas.

 

En la actualidad, hay muchos estudios los cuales intentan dar con el origen de este síndrome, y todo indica que el factor genético es relevante: un 50% de niños con padres con SDA/H presentan dicha sintomatología, y que el 70% de los síntomas asociados tienen un origen genético.

Otras investigaciones hacen referencia a alteraciones en el área prefrontal del cerebro, muy importante en el proceso de atención.

Sin embargo, estudios demuestran que la familia y el factor psicosocial son relevantes en el desarrollo de del SDA/H. Estos son:

  • Cohesión del grupo familiar (familia unida, con límites claros y establecidos, demostración de afectos uno a otros)
  • Aceptación de dificultades del niño (la familia conoce lo que es más difícil para el niño, aceptándolo como natural, sin negarlo ni minimizarlo)
  • Apoyo emocional (la familia es un soporte para el niño, se siente resguardado)
  • Compensación activa de áreas difíciles (familiares comprometidos en la búsqueda de soluciones)

Conociendo estos factores, se puede reaccionar a tiempo para lograr una detección temprana y ejercer una labor de prevención, para finalmente derivar al menor al profesional competente y lograr desarrollar al máximo sus potencialidades según sus características, entendiendo de cada niño es un ser único e irrepetible en su totalidad.